Los demás huéspedes si estaban sorprendidos de las extrañas vestiduras que los recién llegados traían y que les hacían parecer árabes...

-"Contaré a vuestras mercedes la historia de mi cautiverio en Argel", dijo el hombre.

Se había enrolado, como capitán, en la escuadra que mandaba don Juan de Austria, y aunque habían derrotado a los turcos, él tuvo mala suerte...

-"Quedé prisionero en la memorable batalla de Lepanto."

Don Quijote, el cura, maese Nicolás y Dorotea escuchaban con admiración el relato del cautivo, el cual había sido trasladado luego a Argel, y allí aguardaba la ocasión de escaparse cuando, estando un día en el patio de su prisión, donde caían las ventanas de la casa de un moro rico, sucedió algo inesperado...

-"Alcé los ojos y vi a Zoraida asomada a la ventana."

Era la hija de Agi Morato, el moro rico, y estaba conmovida por la desgracia del capitán cristiano. Así, decidió ayudarle, proporcionándole, a escondidas de su padre, dinero para que comprase una embarcación en la que escapar.

Tras muchos riesgos, que estuvieron a punto de hacer fracasar su empresa, el capitán y Zoraida, con otros cristianos cautivos, lograron hacerse a la vela, alejándose de aquellas tierras.

-"Al fin, después de tantas aventuras, llegamos a las costas de España", terminó el capitán su relato.

Todos felicitaron al ex cautivo y a la bella Zoraida por el final feliz de su historia, y Dorotea se ofreció para que su padre apadrinara la boda de los dos enamorados.

Volver    Seguir