¡No para! Es hiperactivo

 

 

Los niños que padecen este trastorno necesitan que se les organicen sus horarios y tareas, y que se les den órdenes claras y precisas.

 

L

a hiperactividad afecta a casi el cinco por ciento de los niños españoles. Se trata de un trastorno muy común, que, sin embargo, resulta muy difícil de detectar. Hasta los cuatro o cinco años podría decirse que todos los niños son algo hiperactivos, y eso suele confundir a sus padres. Algunos creen erróneamente que sus hijos son hiperactivos, mientras otros justifican las actitudes de uno que realmente lo es, restándole importancia.

 

¿Cómo detectarlo? La mayoría de las veces es en el colegio donde los profesores y los padres se dan cuenta de que el niño no puede cumplir unos requisitos básicos de orden, atención, obligación de estar sentados…

 

Salta la alarma: los primeros síntomas del trastorno aparecen antes de los siete años, tienen que mantenerse más de seis meses y darse al menos en dos espacios a la vez (en la escuela y en la casa con la familia).

 

 Pasos a seguir: cuando se detecta el problema hay que acudir al pediatra para que remita el caso a un neurólogo infantil o a un centro de salud mental, que pueda hacer un diagnóstico correcto y un buen tratamiento. Cuanto ates se intervenga mejor es la evolución y el pronóstico de los trastornos.

 

¿QUÉ LE DIFERENCIA DE UN NIÑO INQUIETO?

 

Entre un niño inquieto y uno hiperactivo hay algunas diferencias notorias. La primera es que el inquieto puede estar una hora jugando a lo mismo, mientras que el hiperactivo no. La dificultad de atención y de concentración le obligan a ir de una actividad a otra. El niño hiperactivo no es capaz de controlar el movimiento. En este sentido es importante la labor conjunta de padres, profesores y especialistas. Siempre siguiendo las instrucciones de estos últimos, al niño le ayuda que los profesores sean algo más permisivos que con el resto de los alumnos y que les pongan tareas que les motiven. Los padres pueden fomentar la afición por algunos juegos tranquilos que le ayuden a trabajar su capacidad de concentración y buscar lugares sin distracciones que le dispersen a la hora de hacer las tareas. No deben planificar actividades que excedan sus posibilidades de control.

 

Para contrarrestar y favorecer su autoestima, ambos, padres y profesores, pueden encargarle trabajos que precisen actividad motora

 

Deben de procurar no reprocharle continuamente su actitud, sino decirle cosas que hace bien y premiarle por ellas. Así le motivan y le refuerzan positivamente. Otra cualidad que distingue al niño hiperactivo, es que los cambios le desestabilizan mucho; no los asimilan.

 

Es importante organizar sus horarios, de forma que el niño pueda tener una guía. El niño hiperactivo es incapaz de cumplir varias órdenes a la vez. Le resulta difícil seguir instrucciones. Hay que dárselas de forma clara, pedirle que las repita y explicarle como realizarlas.

 

CONSEJOS PARA LOS PADRES

 

Son niños inteligentes, muy creativos y con muchas inquietudes, pero inseguros y con baja autoestima por las reprimendas que reciben.

 

 

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